Valencia da los primeros pasos para convertirse en una ciudad sostenible
6 enero, 2017 por
Domonetio

La I fase del Plan de Movilidad Urbana Sostenible de la Ciudad de Valencia (PMUS) ya está en marcha tras el convenio firmado entre la Agencia Valenciana de la Energía (AVEN), dependiente de la Conselleria de Economía, Industria y Comercio, y el Ayuntamiento de Valencia.

El pasado 27 de julio, la Junta de Gobierno Local aprobó una moción, suscrita por el Concejal de Circulación y Transportes, Alfonso Novo, para sacar a contratación los trabajos de elaboración del documento de “prediagnóstico”, con el que prevé recopilar toda la información en materia de movilidad de la que se dispone por parte de las distintas administraciones involucradas y, de manera paralela, realizar trabajos de campo dirigidos a complementar y actualizar dicha información.

El documento incluirá un análisis socioeconómico y territorial, con datos de población, oferta actual de transporte público, infraestructuras existentes, preferencias declaradas y rebeladas de la población, entre otros aspectos. Este texto servirá de base para la redacción de futuro Plan de Movilidad Urbana de la Ciudad de Valencia.

En este sentido, nos encontramos en un momento clave para saldar la deuda pendiente de la ciudad con el peatón. La estrecha relación de la ciudad con el automóvil ha condicionado la estructura del espacio público y ha monopolizado los modos de desplazamiento urbano. Por lo tanto, es hora de reconsiderar nuestro modelo de ciudad actual, orientado a las infraestructuras del tráfico rodado individual, y reorientarlo hacia modelos más sostenibles basados en los sistemas de transporte colectivo y el uso de modos de transporte no motorizados. Pero este cambio de estrategia supone una revisión de los usos actuales del espacio público y requiere la  introducción de cambios tipológicos profundos que compatibilicen en una misma sección los distintos modos de desplazamiento y sus respectivas velocidades.

En el caso concreto de la Valencia, el auge de la bicicleta como medio de transporte alternativo ha generado nuevos hábitos de movilidad que han transformado la escena urbana de la ciudad. La puesta en marcha del sistema público de alquiler de bicicletas Valenbisi y el auge de los establecimientos de alquiler y venta de bicicletas, ha sido todo un éxito entre los usuarios más jóvenes y los turistas que visitan cada día la ciudad. La irrupción de la bicicleta, junto con los desplazamientos a pie y el desarrollo del transporte público, sobre todo de la línea de metro y tranvía, han generado nuevos modos de desplazamiento urbano a tener en cuenta.

Pero no es oro todo lo que reluce. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, constituyen actuaciones aisladas y sin continuidad estructural, fruto de una visión miope de la movilidad urbana y en base a una gestión interesada y polarizada de la ciudad. Además de los problemas añadidos de gestión del sistema Valenbisi, la inexistente red de carril bici en el centro de la ciudad, los continuos problemas en el servicio de metro valencia y EMT, así como el aumento abusivo de las tarifas de transporte público.

Por lo tanto, el Plan no debe quedarse en un mero decálogo de intenciones, si no que debe servir fundamentalmente para el rediseño del actual sistema de grandes vías de la ciudad, mediante estrategias de reducción del número de viales de circulación, medidas de ‘traffic calming’ (2) y la incorporación de espacios de coexistencia con medios de transporte de tráfico lento (1). Estrategias orientadas en gran medida a redistribuir el espacio público de una forma equitativa y coherente, ampliando el espacio dedicado al peatón y compatibilizándolo con el uso de medios de transporte no motorizados.

De igual forma, y en aras a mejorar la movilidad, el Plan debe plantear la necesidad de crear un sistema de nodos de transferencia con carácter metropolitano, entre los distintos sistemas de transporte colectivo e integrarlos con sistemas de ‘park and ride’(3) y terminales de alquiler de bicicletas, para desincentivar el uso innecesario del automóvil en los desplazamientos urbanos e interurbanos. Sólo de esta forma minimizaremos el impacto negativo del tráfico y sus consecuencias, en los flujos de usuarios de la corona metropolitana al centro de la ciudad y viceversa.

En cuanto al tema de los desplazamientos a pie, la ciudad de valencia carece de un sistema de itinerarios peatonales con carácter estructural vinculado a espacios públicos con cierta jerarquía dentro de la trama urbana, a excepción del trazado verde del antiguo cauce y algunos tramos del centro histórico.

Estas cuestiones y otras, como la cuota de espacio público destinado al aparcamiento en superficie, son aspectos básicos a la hora de plantear espacios públicos de calidad y modelos de ciudad sostenibles como Estrasburgo, Friburgo o Copenhague, desde el punto de vista de la movilidad y la eficiencia energética de los agentes urbanos.

Domonetio 6 enero, 2017
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