Después de 15 años trabajando en grandes empresas, decidió emprender su aventura en solitario. Su ímpetu innovador, sumado a sus inquietudes y valores de respeto al medio ambiente, dieron como fruto el diseño de lo que ella y su socio denominan la casa del siglo XXI. Ecológica, de diseño, autónoma, movible y se construye en cinco días sobre cualquier terreno. Después de tres años haciéndose un hueco en el mercado, hace unos días su valentía ha recibido el permio al Espíritu Emprender Europeo del año 2012.
La empresa premiada se llama NOEM y Rosa Vilarasau es su alma mater. Ella y su socio, se dedican a construir casas basadas en un sistema constructivo modular con madera maciza, que permite fabricar eficientemente en taller, diseñarla con flexibilidad y un resultado de calidad para asegurar la eficiencia energética.
Las claves para conseguir esto último las explica empresaria: “Están diseñadas para consumir poca energía en su funcionamiento, están orientadas para aprovechar el sol y solo se alimentan de energía solar, los materiales son naturales y están seleccionados para que aíslen eficientemente la vivienda y evitar así puentes térmicos. Además, por su sistema constructivo, no tiene pérdidas de energía a través de juntas”. En resumen, consume solo el 10% de lo que necesita una vivienda convencional. Además, utiliza wc seco e incluye un sistema de recuperación de aguas pluviales. El ahorro está servido.
Ahorro y precios
Sobre esto último, Vilarasau aporta precios. Una casa de 50 metros cuadrados cuesta alrededor de 80.000 euros. Ampliarla a 100 metros cuadrados, 70.000 más. Con esta carta de presentación, las casas NOEM comienzan a hacerse mercado en España. Han terminado cinco proyectos y comienzan ahora con otros más ambiciosos, por tamaño y público, como puede serlo un hotel.
De cualquier modo, el cliente de este tipo de ‘ecocasas’ es variado, porque NOEM es una construcción que sirve como vivienda habitual, segunda residencia o ampliación de la vivienda ya disponible, y no necesita base de hormigón para ser instalada en el terreno, al que se adapta. De hecho, al ser movibles, puedes cambiar el lugar de residencia sin cambiar de casa.
“Nuestro cliente es alguien que valora la eficiencia energética y la rapidez y calidad de nuestro sistema. Nos han llegado personas interesadas que lo que valoraban por encima de todo es no tener que ‘ocuparse’ de gestionar una obra, además de tener la certeza de que no encontraría sorpresas de retrasos, incrementos injustificados de precios o malas calidades”, explica Vilarasau.
Menos residuos
Aunque son modulares y movibles, Rosa Vilarasau explica que no tienen nada que ver con las construcciones prefabricadas que cualquiera puede tener en la mente al leer este artículo. “Prefabricación no es sinónimo de mala calidad ni de provisionalidad, sino de fabricado en taller. Esto conlleva un aumento del perfeccionamiento, de la seguridad y reduce drásticamente los residuos generados en la construcción”, explica.
Y es que la tecnología permite trabajar con materiales sólidos de construcción con alta precisión: piezas diseñadas por ordenador, cortadas con láser, inspeccionadas una a una… etc. “La misma precisión con la que se hacen los coches, que son ‘prefabricados’”, concreta la empresaria para poner un simil que dé idea del sistema NOEM.
La arquitectura y la ecología se alían cada vez más en proyectos: jardines verticales, edificios energéticamente inteligentes, urbanizaciones y comunidades donde se utilizan las energías renovables y todo se recicla… La última muestra de esta alianza ha sido el premio Pritzker 2012, otorgado al chino Wang Shu y a su forma sostenible de entender el urbanismo. La De hecho, una de sus obras más conocidas da vida en un edificio de diseño a miles de tejas desechadas.
A las nuevas promesas, como Vilarasau, un premio como el citado, les "llena de orgullo y energía". Y además, abre puertas. "En los próximos meses participaremos con empresas punteras europeas en un programa de Mentoring, que nos servirá para colaborar con sus equipos de I+D para solucionar nuevos retos en la construcción eficiente de casas de bajo consumo", concluye la empresaria.
La casa del futuro se construye en 5 días